''Miles son las razones por las que agradecemos a nuestros padres que hace un par de años ya (Unos 10 años en el caso de alguno) decidieran llevarnos al grupo scout de nuestro barrio. Pero sin duda, una de las mejores cosas que nos ha dado el movimiento scout es la oportunidad de conocer a cientos de personas de nuestra edad que andan por el mundo con la misma idea sobre la sociedad que tenemos nosotros: Mejorarla.
Después del Roverway, los rutas del GSP nos quedamos con ganas de seguir conociendo gente y otras formas de vivir el escultismo. Por ello, decidimos ir a echar una mano en Griebal, un pueblecito adorable en el pre pirineo (Provincia de Huesca) que la conferencia hidrográfica del Ebro cedió a la asociación scout de España (ASDE) hace veintiocho años.
El caso de Griebal es una historia que nos suena a todos, un pueblo abandonado durante los años 50 tras la construcción de un embalse. Perdido en la montaña y dominado por las zarzas, hace 3 décadas llego a las manos de los scouts. Gracias al trabajo de muchas generaciones scout, el pueblo ya no es presa de las zarzas (Aunque sigue perdido en la montaña) y cada año es más habitable.
Sabiendo esto, los rutas (para el que no recuerde, los chavales mayores del grupo, los de camisa verde) decidimos ir a echar una mano. Después de 4 horitas de coche hasta Zaragoza y 3 de bus hasta el rio que marca el inicio de la ascensión hasta el pueblo (más de 30 minutillos andando por la montaña), llegamos a Griebal donde disfrutamos de 5 días de trabajo y donde conocimos a un montón de scouts aragoneses con los que fue imposible no hacer buenas migas.
Ahora, unas semanas después y habiendo retornado a la vida real, no podemos sino echar la vista atrás y, añorando las estrellas divisadas desde Griebal, esperar con ganas la siguiente escapada.''
Rutas del GSP